«Porque pese a ser el 50,65% de la población de Iberoamérica, en Iberoamérica persisten barreras que limitan la plena autonomía de las mujeres y su participación, en condiciones de igualdad, en la vida pública, política y productiva», ha afirmado hoy el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand, durante la apertura en Madrid del III WEF (Women Economic Forum Iberoamérica), la plataforma internacional, de la red mundial All Ladies League (ALL).
Durante su intervención, Allamand ha hecho referencia al trabajo de años de la SEGIB para impulsar la participación, el empoderamiento económico y el liderazgo de las mujeres, que pasa por proyectos como la Plataforma Virtual de legislación en materia de autonomía y empoderamiento económico de las mujeres en Iberoamérica o la Iniciativa Iberoamericana para prevenir la Violencia contra las Mujeres.
El Secretario General Iberoamericano también indicó que “el punto de partida para conseguir la igualdad de género en la región es erradicar la violencia que sigue afectando de manera dramática a las mujeres. Una de cada cuatro mujeres en la región admiten haber sido víctimas de violencia física, sexual o intelectual y la tasa de feminicidios es la más alta del mundo”.
Parte de esos aspectos, fueron abordados por la Secretaria para la Cooperación Iberoamericana, Lorena Larios, que participó en un panel titulado «Mujeres en el ámbito del desarrollo económico». Los temas: los desafíos y oportunidades relacionados con la economía, la inclusión financiera y la digitalización.
Sobre los desafíos y oportunidades relacionadas con la economía, la inclusión y la digitalización, Larios destacó dos vías: las alianzas multiactor (como la firmada entre la SEGIB y la WEF ayer en Madrid para avanzar en las brechas de género con el apoyo de las empresas) e incorporar la financiación con perspectiva de género. «Porque invertir en igualdad de género genera enormes resultados, más allá de que sea una necesaria inversión en derechos humanos. Apoyar y apostar por las mujeres supone que más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza a nivel global, si los gobiernos priorizan la educación, unos salarios justos e igualitarios y mayores prestaciones sociales; invertir con perspectiva de género significaría que casi 300 millones de personas se beneficiarían de la creación de puestos de trabajo mediante inversiones en servicios de cuidados y, si se cerrasen las brechas de género en el ámbito del empleo, el producto interno bruto (PIB) per cápita podría aumentar un 20% en todas las regiones», señaló la Secretaria.
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