La sede de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid (España) acogió el viernes 8 de febrero una alegre muestra de percusión brasilera a cargo de los jóvenes de la Escuela de Educación Integral de Percusión (EEPI), un proyecto de Salvador de Bahía (Brasil) que trabaja en la inserción social de menores en situación de riesgo.

El grupo de diez jóvenes percusionistas brasileros, liderados por el reconocido músico Wilson Café, director del proyecto, ofreció al personal de la SEGIB, que no dudó en dejarse contagiar por el ritmo alegre de los instrumentos y las voces, un recital de variados sonidos de Brasil generados por instrumentos hechos por ellos mismos con chatarra, así como movimientos de capoeira, entre otros. 

Los músicos, que visitaban España por primera vez en una gira que los ha llevado por diferentes escenarios del país, dieron una generosa muestra del trabajo desarrollado por este proyecto con los menores brasileros.

Además del personal de la SEGIB, encabezado por el Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, y la Secretaria Adjunta Iberoamericana, Maria Elisa Berenguer, también asistió a la muestra el embajador brasilero en España, José Viegas Filho.

La EEPI, surgida en 2003 con el apoyo de Enrique V. Iglesias, cuando era Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, trabaja con 150 jóvenes entre los 13 y 16 años en un proyecto educativo integral que busca, a través de la música, mejorar sus oportunidades de inserción social y laboral.

Según Wilson Café, director y principal impulsor del proyecto, se busca que “a través del tambor y la percusión como ejes principales”, puedan integrarse diferentes disciplinas educativas durante los dos años que dura el proceso formativo de la Escuela.

Así, señala, “en la escuela tenemos disciplinas como la oficina de la palabra (clase de portugués); el mundo de la matemática a través de la partitura (Matemáticas); la informática del conocimiento, ciudadanía (derechos de los adolescentes), ancestralidad (que mezcla sociología y antropología), confección de instrumentos musicales; canto, teatro, capoeria y medio ambiente entre muchas otras.”

“Este es un proyecto de arte-educación”, añadió Café, al tiempo que destacó la importancia de que una vez finalizado el ciclo formativo, los jóvenes se conviertan en “agentes multiplicadores” de esta iniciativa.