Las empresas sociales no sólo han ganado terreno en la economía de Iberoamérica, sino que además muestran un desarrollo similar al de otras partes del mundo, según revela el primer informe sobre el Cuarto Sector que se presentó hoy en Madrid y que fue elaborado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en conjunto con IE University.
Según el estudio realizado en siete países (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal y España), que suman más del 87% del Producto Interno Bruto (PIB) regional, Iberoamérica ya cuenta con unas 170.000 empresas sociales que emplean a casi 10 millones de trabajadores al año.
Es decir que estas compañías representan más del 6% del PIB iberoamericano, un porcentaje cercano al 8% que registran la Unión Europea, Canadá y Australia, dice el informe titulado “Las empresas con propósito y el auge del Cuarto Sector en Iberoamérica”.
El auge de las empresas sociales ocurre en un momento en que la población de Iberoamérica se muestra cada vez más preocupada por los problemas medioambientales y sociales.
Una encuesta realizada por la SEGIB en 11 países de la región (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, México, Panamá, Perú y Portugal) revela que el cambio climático les inquieta a los iberoamericanos casi tanto como la desigualdad (68% y 75%, respectivamente).
Las empresas sociales son aquellas que no sólo buscan lucrar, sino también tener un impacto social y medioambiental positivo. Pertenecen a un nuevo espacio denominado Cuarto Sector, que combina lo mejor de los tres sectores tradicionales (privado, público y sin ánimo de lucro) para tratar de resolver los grandes problemas del siglo XXI, como la pobreza, la inequidad y el cambio climático.
De este modo, son cruciales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
El informe sobre el Cuarto Sector destaca que los gobiernos de la región son cada vez más conscientes de la necesidad de respaldar a las empresas sociales: “Once países han adoptado o puesto en trámite nuevas leyes y marcos legales destinados a tipificarlas y apoyarlas”.
Sin embargo, el reporte advierte que el crecimiento de estas firmas se ve limitado por la carencia de un ecosistema adecuado, por lo que ofrece una serie de recomendaciones para cada una de las naciones analizadas.
La encuesta de la SEGIB también apunta en este sentido: más del 85% de los 3.550 iberoamericanos consultados cree que las empresas con un impacto socio-ambiental positivo deberían recibir más apoyo de los gobiernos (por ejemplo: ayudas, exenciones impositivas o acceso a contratos públicos).
Al mismo tiempo el 91% piensa que, si el sector privado no cambia su forma de actuar, las próximas generaciones vivirán peor que sus padres, y el 50% opina que el principal objetivo de toda compañía debería ser mejorar la vida de sus empleados y sus clientes.
“Los ciudadanos nos están diciendo que el desarrollo sostenible, la desigualdad y el cambio climático no son asuntos sólo de los gobiernos, sino que exigen un papel más activo de las empresas”, dijo la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
Durante la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que tuvo lugar en La Antigua (Guatemala) en noviembre de 2018, la SEGIB recibió el mandato de impulsar y fortalecer el ecosistema del Cuarto Sector en la región.
El informe y el sondeo de opinión sobre la situación y la percepción de las empresas sociales en Iberoamérica son un primer paso en ese camino.
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