Hoy, 5 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Lengua Portuguesa, declarado oficialmente por la UNESCO en 2019, que reconoció el portugués como una lengua global, hablada como lengua materna por más de 260 millones de personas repartidas en cuatro continentes, y la que tiene el mayor número de hablantes en el hemisferio sur. Las proyecciones de las Naciones Unidas estiman el número de hablantes de portugués en más de 350 millones para 2050, alcanzando los 480 millones de personas a finales de siglo.
Sin embargo, la fuerza de una lengua no sólo radica en su demografía, ni es un mero instrumento de comunicación, sino que es la portadora de una identidad, de valores y de visiones del mundo. La riqueza de una lengua radica en la diversidad de personas que la utilizan, pero también en la variedad de los textos literarios que la emplean, en el ritmo que le imprime la música, en las emociones que refleja el teatro y en las historias con que nos inspira el cine, por nombrar solo algunas de las expresiones artísticas que utilizan y nutren el lenguaje día a día. Y en esa medida, la diversidad latinoamericana, europea y africana que se expresan en portugués es, sin duda, una de nuestras mayores riquezas.
La Comunidad Iberoamericana se ha fundado desde su inicio en un proyecto colaborativo basado en el diálogo entre espacios regionales de dos continentes -América Latina y la Península Ibérica -, así como en el diálogo entre dos lenguas cercanas, el español y el portugués. El bilingüismo es parte fundamental de nuestra identidad, enriquece nuestras interacciones y amplía nuestros horizontes. Es por eso que hoy, como iberoamericanos, celebramos el Día Mundial de la Lengua Portuguesa, un idioma de encuentro, que une a personas en todo el mundo.
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