Un grupo de estudiantes de una comunidad de 5 mil habitantes del interior de Brasil elabora una ruta para el rescate del patrimonio ambiental mientras que en Marinilla, Colombia, están trabajando en la reivindicación de procesos históricos de las luchas de independencia lideradas por mujeres. A la vez, un grupo de niños y niñas participa en la investigación y en la conservación del patrimonio de su entorno en una escuela rural ubicada en España y en Bogotá los chicos que vivían en una de las calles más violentas de la ciudad recrean su ambiente y explican a los visitantes del museo cómo era la vida en este lugar.
¿Qué tienen en común esas historias? Todas ellas están incidiendo, a partir de los museos, en la educación ciudadana para la transformación social. Comparten de una base común, el trabajo colectivo y enfocado en las prácticas comunitarias para que todo tipo de persona pueda apropiarse de su memoria y de su historia por medio del patrimonio cultural material, simbólico y ambiental de su entorno.
También tienen en común haber sido reconocidas a nivel internacional entre las 69 experiencias premiadas en el Premio Ibermuseos de Educación, principal iniciativa iberoamericana para el reconocimiento y fomento a acciones de educación innovadora realizada por y en los museos, complementaria a la educación formal.
Desde hace 10 años el programa de cooperación iberoamericano para los museos, IBERMUSEOS, promueve este Premio que reconoce e incentiva el papel de los museos como agentes de transformación social, contribuyendo al desarrollo sociocultural y económico de las comunidades donde están insertadas. El premio consiste en un incentivo económico que posibilita el fortalecimiento de iniciativas enfocadas en el derecho a la memoria, en la equidad de género, en los derechos de los pueblos indígenas y en la atención a personas con discapacidad.
Lanzado anualmente en el Día Internacional de los Museos, celebrado el 18 de mayo, el Premio fomenta la continuidad de actividades de esta naturaleza en los 22 países de Iberoamérica. “Es un reconocimiento muy importante a la labor de generar acciones de inclusión social que permitan la participación activa de poblaciones históricamente excluidas en los espacios museales”, explica Andrés Góngora, Curador Jefe del Departamento de Etnografía del Museo Nacional de Colombia, premiado en la edición 2018.
En este contexto, no se trata de reproducir la práctica ya consolidada de visitas escolares a los museos, realizada desde hace décadas en todo el mundo. La educación en los museos extrapola esta idea y trabaja la dignificación y rescate de las memorias históricas y sociales. En Iberoamérica los museos son espacios ligados a los modelos educativos de cada país, sustentan la producción del conocimiento y favorecen la apropiación social del patrimonio y el pensamiento critico.
Uno de los primeros proyectos premiados en 2010, del Museo de La Palabra y La imagen (MUPI), de San Salvador (El Salvador) ha permitido una alianza entre comunidades indígenas y campesinas, cuyas voces protagonistas fueron silenciadas durante sesenta años de regímenes autoritarios, para el rescate de su memoria oral.
El Museo de Arte Moderna de São Paulo también tuvo un reconocimiento especial en el año 2011 por su programa “Igual Diferente” que desde 2002 promueve cursos y actividades educativas para garantizar que el museo sea un espacio sin barreras, sean físicas, sensoriales o intelectuales.
En Guatemala una exposición interactiva premiada en el año 2016, se ha constituido como un espacio de aprendizaje sobre el presente y el pasado de las relaciones étnicas y sociales del país, a través de temas como el racismo y discriminación, la historia y la actualidad de la conflictividad social y los desafíos ciudadanos para la construcción de una sociedad democrática y pacífica en un contexto multiétnico que se está insertada en un largo conflicto armado.
Para la Directora del Instituto Internacional de Aprendizaje para la Reconciliación Social de Guatemala, Vivian Salazar, la experiencia de participar en el Premio y el hecho de haber sido reconocidos les permitió demostrar que el trabajo que vienen realizando es valorado más allá de sus fronteras y por lo tanto debe ser conservado para que más niños y niñas se beneficien de él.
Además del reconocimiento a esos y a muchos otros proyectos, el Programa Ibermuseos creó un Banco de Buenas Prácticas que permite al público tener acceso a más de 200 prácticas educativas de los museos iberoamericanos realizadas en países como Panamá, México, Argentina, Bolivia, Venezuela, Portugal, entre otros, que sirven de inspiración para museos en todo el mundo.
Las inscripciones para la 10ª edición del Premio Ibermuseos de Educación estarán abiertas del 18 de mayo al 18 de junio de 2019, a través de la plataforma convocatorias.ibermuseos.org. El reglamento completo se puede descargar en la página web del Programa Ibermuseos www.ibermuseos.org.
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