El Centro de Congresos de Praga acogió entre los días 11 y 13 de mayo la decimocuarta conferencia ministerial entre la UE y los miembros del Grupo de Río, que agrupa a veintitrés Estados de América Latina y el Caribe. Los cancilleres abordaron igualmente la necesidad de que ambos bloques refuercen conjuntamente la seguridad energética y la lucha contra el cambio climático. "Vamos a trabajar conjuntamente, indicó la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, porque las dos regiones queremos una conclusión positiva de la conferencia de Copenhague".
Los mandatarios allí reunidos acordaron mitigar la crisis mundial dando más peso a las naciones emergentes y en desarrollo. Estas naciones deben tener más voz en la comunidad internacional, reconocieron, al tiempo que abogaron por un "acuerdo ambicioso" para la liberalización del comercio mundial en la ronda de Doha. También destacaron la importancia de que la crisis no lastre las promesas internacionales de solidaridad, como los Objetivos del Milenio de la ONU para reducir la pobreza.
"Es importante que, en tiempos de crisis económica, los problemas globales sean resueltos de forma común entre nuestros continentes", declaró el canciller checo, Jan Kohout, cuyo país ejerce la presidencia de la Unión Europea (UE).
Otro asunto tratado en la reunión fue la alerta mundial sobre la gripe A, que se originó en México el mes pasado.
Los cancilleres aplaudieron "los enormes esfuerzos de México" para contener la propagación del virus y estimaron que empiezan a ser visibles "los primeros resultados positivos de la rápida respuesta nacional e internacional".
El Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, mantuvo varias reuniones bilaterales con el objetivo de informar sobre los avances positivos de la XIX Cumbre Iberoamérica que se celebrará en Portugal los días 30 de noviembre y 1 de diciembre.
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