Aunar enseñanza y digitalización en la cambiante sociedad actual es una tarea difícil, pero inexcusable porque permitirá avanzar hacia un modelo más incluyente y capaz de eliminar la desigualdad en Iberoamérica.
La directora de la Oficina Subregional de la Secretaría General Iberoamericana para México, el Caribe y Centroamérica (SEGIB), Leonor Calderón, habló de la necesidad de que toda la población, especialmente los jóvenes, accedan a la digitalización.
Además, señaló que entre 2000 y 2010, los matriculados en educación superior en Latinoamérica se duplicaron, pasando del 20 % a alrededor del 40 %, aunque todavía hay una «brecha» a superar.
El director general de Educación Superior Universitaria (SUP) de México, Salvador Malo, afirmó que «están cambiando los paradigmas de la educación», lo que permite apuntar hacia una «educación flexible» y adaptada a cada estudiante.
Por su parte, el Secretario General de Virtual Educa de la Organización de Estados Americanos (OEA), José María Antón, destacó un nuevo paradigma que recae especialmente en la universidad, que debe tener una amplia cobertura para conducir a «la inclusión y la equidad».
Dicha visión fue compartida por el rector de la Universidad Abierta y a Distancia de México, Francisco Cervantes, quien afirmó que, en la digitalización de la educación, se debe tener en cuenta las desigualdades, también entre estudiantes e instituciones.
En México, a pesar de garantizar por ley la educación como un bien común, la inversión «insuficiente» permite que solo haya un 34,1 % de cobertura, resaltó Cervantes.
El director general adjunto para Cooperación Internacional del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), Germán Escorcia, consideró que hay facultades «muy poco dominadoras de las estrategias digitales».
Este encuentro, que se centró en la inclusión transversal de las tecnologías de la información y el uso de sistemas virtuales de enseñanza.
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