Iberoamérica está llamada a ser uno de los actores principales en el cumplimiento del segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.
La región cuenta con cerca de un tercio del agua dulce y las más importantes reservas de tierra cultivables del mundo. Sin embargo, junto a estas favorables cifras coexisten elevados índices de desnutrición, de inseguridad alimentaria y de desperdicio de alimentos.
Conscientes de la importancia y de la urgencia de buscar soluciones creativas e innovadoras a esta problemática, las ministras y ministros de agricultura de los países que integran la Comunidad Iberoamericana mandataron a la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) la realización de un análisis sobre el estado del arte del sector empresarial que ofrece servicios y tecnologías destinados a aumentar la eficiencia y la sostenibilidad de la industria agroalimentaria, sector que se conoce con el nombre de “Agtech”.
En este contexto, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) presentó el 14 de noviembre en Brasilia (Brasil) el informe “El Ecosistema Agtech – Foodtech en Iberoamérica: Oportunidad Local y Liderazgo Global”, en el cual se analizan los retos del sector agroalimentario en la región poniendo el foco en las oportunidades que ofrece la tecnología para mejorar la productividad, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.
En el documento se constata la existencia de un incipiente ecosistema que se apoya en el uso intensivo de la tecnología para lograr un impacto directo en la reducción del hambre y en la consecución de la seguridad alimentaria, minimizando la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas productivas, integrando procesos de digitalización y disminuyendo su impacto en el cambio climático.
La combinación de innovación y emprendimiento es la herramienta más apropiada para avanzar en el cumplimiento del ODS 2, pero para aprovechar todo su potencial se deben superar importantes obstáculos que hoy limitan su desarrollo. Entre los más importantes se encuentran aquellos relacionados con el acceso al financiamiento, con la falta de regulación específica para este nuevo sector, y con la existencia de una cierta resistencia cultural a la innovación tecnológica que aún se encuentra presente en algunos sectores de la actividad agrícola.
El documento, que incorpora también la visión y la experiencia de más de treinta empresas de la región, constata la importancia de contar con políticas públicas que apuntalen el desarrollo de este sector y resalta la importancia de generar espacios e iniciativas que promuevan la vinculación y la colaboración entre startups, productores, inversores, universidades y otras entidades. La entidad pública brasileña Embrapa, con más de 2.000 investigadores y con importantes vínculos con las universidades y los diversos intervinientes del mundo del agro, resalta como un ejemplo a seguir.
El Ecosistema Agtech-Foodtech puede y debe ser un motor que permita a Iberoamérica combinar la potencialidad de sus recursos naturales, la aplicación de tecnologías avanzadas y el espíritu innovador y creativo de sus emprendedores, para así contribuir de manera eficiente a superar el desafío de la inseguridad alimentaria.
Jaume Gaytán,
Responsable del Área de Economía y Empresa de la Secretaría General Iberoamericana.
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