La Asamblea Nacional de Panamá fue la anfitriona, los pasados 16 y 17 de septiembre, del IX Foro Parlamentario Iberoamericano que tuvo lugar en la nueva sede del Parlamento Latinoamericano (PARLATINO). Este encuentro constituye la antesala de la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebrará los próximos 18 y 19 de octubre en Panamá.
El Vicepresidente de la Asamblea Nacional de Panamá, Abraham Martínez fue el encargado de inaugurar el Foro, conjuntamente con el Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias y el Presidente de Parlamento Latinoamericano, Elías Castillo. Además, estuvieron acompañados por el Presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Sigfrido Reyes; la Presidenta del Senado de San Martin, Gracita Ardel; el Presidente del Congreso de los Diputados de España, Jesús Posada; el Presidente Senado de España, Pío García Escudero Márquez; y la Presidenta del Congreso de Ecuador, Graciela Rivadeneira.
Los parlamentarios deliberaron sobre los retos y oportunidades de la política en Iberoamérica, la crisis y el crecimiento en la economía, las estrategias para enfrentar la pobreza, la importancia de la cultura, y la identidad para el desarrollo humano. El evento contó con la presencia de representaciones parlamentarias de 19 estados iberoamericanos, siendo una de las ediciones más numerosas, así como con invitados especiales de varios países del Caribe.
Conclusiones
Diputados y senadores, reunidos en la plenaria del IX Foro Parlamentario de Iberoamérica, concluyeron que la democracia como forma de gobierno supone una serie de rasgos institucionales que incluyen: separación de poderes; derechos y libertades públicas; Estado de Derecho; pluralismo; separación entre Iglesia y Estado; partidos políticos; elecciones y fuerzas armadas sometidas al poder civil.
De acuerdo con estas conclusiones, en lo político la democracia se legitima, además, a través de las elecciones periódicas y libres, en su preocupación por el bienestar de los ciudadanos. Para ello es especialmente pertinente una política fiscal donde el Estado mantenga los servicios públicos y esenciales, y contribuya a la redistribución equitativa de la riqueza nacional.
Asimismo, se debe garantizar un sistema educativo gratuito, y obligatorio hasta determinada edad, y la colaboración público-privada, un sistema sanitario que cubra las necesidades de toda la población, seguridad pública efectiva y la puesta en común de servicios públicos.
Es especialmente importante el papel de la mujer y de la juventud, deseosos de ver sus derechos reconocidos y respetados, y de una mayor participación en el proceso político.
La economía de la región presenta dos caras distintas, el crecimiento de las economías de América Latina, por un lado, y las dificultades que afrontan en los últimos años los países de la Península Ibérica, por otro. América Latina se ha caracterizado en los últimos cinco años -señala el Foro- por experimentar un crecimiento económico estable y sostenido, que se debe a la ejecución de una política fiscal monetaria mucho más estable, que ha evitado alta inflación a las reservas de divisas, a que la deuda pública y el déficit fiscal han disminuido, y a la apertura comercial.
Los diputados y senadores consideran que los factores internacionales que pueden afectar el crecimiento económico son: el cambio del ritmo de China, el aumento de la tasa de interés en EE.UU. y la recuperación lenta de Europa.
En cuanto a las medidas para convertir el crecimiento en desarrollo, en América Latina serían: profundizar las políticas que mejoren la productividad y competitividad de nuestros países, mejorar la educación, superar la deficiencia de la infraestructura, mejor en innovación y tecnología y promover la diversificación de las exportaciones.
En lo social, el objetivo de alcanzar la satisfacción de uno de sus derechos sociales básicos es compartido por todos los Estados de la comunidad iberoamericana y por las fuerzas partidistas y los movimientos sociales de la región, quienes presentan una posición similar en relación a que la erradicación de la extrema pobreza y atención a los más vulnerables debe ser prioridad.
En lo cultural, se concluye que se deben establecer políticas públicas de cohesión y fortalecimiento de la identidad, que estén enfocados a democratizar la cultura, al impulso a las industrias culturales y a la cooperación internacional.
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