La XXIV Cumbre Iberoamericana se inauguró el 8 de diciembre en el World Trade Center de Veracruz con la participación de los Jefes de Estado y de Gobierno, o sus representantes, de los 22 países iberoamericanos.
Bajo el lema «Iberoamérica en el siglo XXI: Educación, Cultura e Innovación», los mandatarios de América Latina, España y Portugal, abrieron su última cumbre anual, la primera en la que participa como jefe de Estado de España el Rey Felipe VI.
Tras un preámbulo musical con un recorrido representativo por el folclore latinoamericano, la ceremonia de apertura comenzó con la intervención de la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, para quien es su primera Cumbre Iberoamericana desde que fuera elegida titular de la SEGIB en abril de este año.
En sus palabras, la Secretaria General Iberoamericana animó hoy a los dirigentes de la región a buscar la complementariedad como comunidad, sin competir, e invitó a una relación «simétrica» y «horizontal».
Asimismo, subrayó que esta cita debe ser la de la renovación, de modo que este foro se caracterice por objetivos concretos en favor del conocimiento, la cohesión social y la difusión de la educación y el conocimiento.
Aludió a la historia común de cinco siglos y a unas raíces que han generado un «tronco de identidades, con un ramaje de diversidad cultural que es parte de nuestro asidero vital».
Recordó un viejo proverbio africano, según el cual «si uno quiere ir deprisa, va solo, pero si quiere ir más lejos, va acompañado». «Este es un mundo para andar acompañado», subrayó Grynspan, quien habló de los procesos de integración regional en el continente y de la labor de organismos como Unasur o CELAC.
En este punto, advirtió que todos deben hacer el esfuerzo de buscar la complementariedad porque «no queremos sustituir la integración latinoamericana».
La construcción de identidades incluyentes es otra de las labores de la comunidad iberoamericana a través de un espacio cultural, de conocimiento y de cohesión social.
Ello se traduce, desde un punto de vista concreto, en una apuesta por la educación superior y la movilidad académica y por la apertura de las empresas iberoamericanas a las prácticas laborales, según Grynspan.
En su repaso a las cumbres, que empezaron en 1991 en Guadalajara (México), la responsable de la Segib hizo hincapié en que desde entonces Latinoamérica ha cuadruplicado su Producto Interior Bruto, ha reducido en sesenta millones el número de pobres y ha expandido las clases medias.
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