Representantes del mundo político, académico, económico y cultural de Iberoamérica se reúnen en Madrid para analizar las políticas de cohesión social en la región.
El Seminario “Cohesión Social en Iberoamérica”, organizado por la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB), servirá para sentar las bases del diálogo regional que tendrá lugar en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Chile el próximo mes de noviembre.
El Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias; la Ministra de Planificación de Chile, Clarisa Hardy; el vicepresidente segundo y ministro de Planificación y Política Económica de Costa Rica, Kevin Casas; el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Luis Machinea; y la Vicepresidenta Primera del Gobierno de España, Maria Teresa Fernández de la Vega, fueron los encargados de inaugurar el evento.
En su intervención, el Secretario General Iberoamericano, resaltó la trascendencia que el tema de la Cohesión Social ha tenido en seno de la Unión Europea y su importancia en los procesos de integración.
En América Latina, señaló Iglesias, aunque ha habido un crecimiento económico positivo en los últimos cuatro años, los indicadores sociales siguen siendo muy bajos. “Hemos mejorado un poco en la distribución del ingreso, pero queda mucho por hacer”, añadió al tiempo que subrayó que precisamente uno de los objetivos del desarrollo económico es la cohesión social.
En su opinión, el ejemplo de Chile, que en menos de 15 años ha logrado bajar el índice de pobreza de un 38 a un 13 por ciento, es una señal de que “no estamos frente a una maldición bíblica” y que el tema social “es abordable”.
Por ello, dijo, el Seminario que se inaugura en Madrid es un espacio propicio para intercambiar las experiencias de los distintos países de la región y entre todos “producir un relato” que sirva de base para la próxima Cumbre Iberoamericana que tendrá en la cohesión social su tema central.
“Tenemos que evitar reduccionismos: la cohesión social no es sólo un tema económico”, subrayó el Secretario General Iberoamericano, al tiempo que señaló que “lo más importante que podemos sacar de la experiencia europea es que la cohesión social es un gran pacto”.
Y “ese pacto entre la sociedad y el Estado es la esencia de la cohesión social», resumió.
La desigualdad, un punto central
Por su parte, la ministra de Planificación de Chile, Clarisa Hardy, señaló que el seminario es “una oportunidad para acoger un marco común de orientaciones” y destacó que si bien América Latina presenta un desarrollo económico favorable, “la desigualdad sigue siendo el patrón de las relaciones sociales”.
En este sentido, Hardy subrayó que los “los procesos de construcción de una ciudadanía plural”, que superen las desigualdades deben tener en cuenta a tres sujetos claves: los niños, las mujeres y los indígenas.
Para la Ministra, la ortodoxia de años anteriores ha dado paso a una política más articulada que conjuga los aspectos económicos, políticos y sociales y que debe señalar el camino hacia la superación de las desigualdades, uno de los elementos básicos de la cohesión social.
“Se trata de crear un sistema de protección social que distribuya los costes y beneficios del crecimiento económico”, sostuvo.
El vicepresidente segundo y ministro de Planificación y Política Económica de Costa Rica, Kevin Casas, expresó su deseo de que este seminario consolide la idea de que «una sociedad excluyente no es sólo indefendible, sino que está condenada a la violencia», y que ayude a «desterrar al menos seis ideas que campean por Latinoamérica».
Esta ideas a desterrar son, que si no hay pobreza no hay desigualdad; que se pueden construir sociedades prósperas sin una fiscalidad seria; que hay que escoger entre crecimiento y redistribución; que hay que rechazar la globalización, que una sociedad más equitativa pasa por eliminar el Estado de Derecho y que la culpa de todo es de otros.
Sobre esta última idea errónea, Casas señaló que cambiar la actual situación de la región “no depende de nadie más que de nosotros mismos”.
El secretario ejecutivo de la CEPAL, José Luís Machinea, habló de un «cambio de época» como la causa de que la cohesión social vuelva a estar presente en la agenda de los políticos y de que se mire a Europa como inspiración de sociedades que han hecho bandera de este tema.
No obstante, Machinea recordó que «las instituciones no viajan bien» y manifestó que, aunque el modelo europeo puede ser el camino a seguir, Latinoamérica ha de tener muy en cuenta que es un espacio heterogéneo que ha de buscar sus propias fórmulas de éxito.
Europa, explicó, partió de diferencias de renta e ingreso entre sus miembros en una relación de 1 a 4, mientras que en Latinoamérica esas diferencias llegan a ser de 1 a 15, por lo que la región «tiene que buscar su propia definición de cohesión social».
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien fue la encargada de inaugurar oficialmente el Seminario, se mostró convencida de que el siglo XXI será «el de los derechos sociales» y recalcó que la pobreza, la exclusión y la injusticia social «pueden evitarse si existe una firme voluntad política».
Fernández de la Vega insistió en que «no puede haber desarrollo sostenible sin derechos sociales, ni sin garantías para la dignidad de las personas».
«El gran reto del siglo XXI es construir un ‘estatuto de ciudadanía’ pleno», afirmó la vicepresidenta primera, quien añadió que, para lograrlo, hay que establecer «un equilibrio entre el crecimiento económico y el desarrollo social».
Consideró que en Iberoamérica se dan las condiciones para poner en marcha este objetivo, porque la democracia «se ha asent
ado» en la región, y el crecimiento económico se basa «en factores más estables que antaño».
La vicepresidenta primera recalcó que la cohesión en Iberoamérica no será posible si no se lucha contra las desigualdades sociales en el continente, y recordó que el «nivel» de un país no se mide por las oportunidades que da a los que más tienen, sino «por los derechos y libertades de los que tienen menos».
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