Tuvo lugar en Madrid, España, la II Cumbre Iberoamericana de Jóvenes, que contó con la participación del Director de Gabinete de la Secretaría General Iberoamericana, Fernando García Casas, entre otros.
El encuentro, que alcanzó su segunda edición tras la celebrada en Argentina en 2007, fue organizado por la Fundación Inquietudes y reunió en la capital española a 30 jóvenes de los 22 países que conforman la Comunidad Iberoamericana.
En la clausura de la Cumbre, el 1 de diciembre, se aprobó una Declaración Final que fue entregado a la Secretaria General Iberoamericana para la consideración de los Jefes de Estado y de Gobierno en la XVIII Cumbre Iberoamericana de 2008, que tendrá lugar en El Salvador con la juventud como tema central.
García Casas, quien inauguró el evento el pasado 29 de noviembre junto al presidente de la Fundación Inquietudes, Borja Cabezón, repasó las conclusiones de la XVII Cumbre de Chile y analizó con los representantes de la juventud iberoamericana algunos aspectos de los otros dos temas centrales del encuentro: la brecha digital y los Bicentenarios.
El representante de la SEGIB hizo hincapié en la importancia de “la identidad y el patrimonio común” que existe en la Comunidad Iberoamericana, y que se celebrará en los Bicentenarios, que a su vez deben convertirse en una “oportunidad para conmemorar un pasado viendo como se orienta el futuro”.
Sobre la situación de la brecha digital de América Latina, García Casas aseguró que es “necesario coger el tren de las TIC, porque ya se han perdido demasiados en las revoluciones industriales pasadas”.
“Es el momento de las reformas”, dijo, al tiempo que señaló que los Bicentenarios deben servir “para tener la generación más preparada de la historia de Iberoamérica”.
II Cumbre
Además de reunir en un mismo foro a jóvenes de diferentes países de la región, la II Cumbre Iberoamericana de Jóvenes busca fortalecer con el documento final a las organizaciones comprometidas con los procesos de integración regional.
Con este encuentro, se espera promover la “creación de un proyecto generacional”, que se base en una relación cada vez más estrecha entre jóvenes iberoamericanos de todos los ámbitos sociales: político, empresarial, académico, medios de comunicación, ONG y sociedad civil.
Según los organizadores, la meta es “iniciar una inquietud generacional comprometida en Iberoamérica”, que trabaje para solucionar los mayores retos de las sociedades de sus países y fomente “el intercambio artístico y cultural entre Europa y América Latina”.
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