La cooperación iberoamericana puede ser un instrumento que apoye la cohesión social y la lucha contra la desigualdad, el desafío más importante y decisivo de nuestra región en los años venideros.
Si miramos específicamente hacia América Latina, región compuesta por 19 de los 22 países de la Comunidad Iberoamericana, vemos que no es la región más pobre del mundo, pero si la segunda más desigual en distribución de los recursos.
Por tanto, reducir la inequidad permitiría que los latinoamericanos de hoy puedan tener un mejor nivel de bienestar social, a la vez que se garantizaría un desarrollo sostenible de sus sociedades y economías en los años venideros.
Pese a que el desafío de la desigualdad persiste como la gran asignatura pendiente en América Latina, se pueden destacar avances decisivos que permiten una mirada optimista. A continuación algunos datos de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social:
DESARROLLO | América Latina cumplió casi todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio |
POBREZA | Se han reducido los porcentajes de pobreza al pasar de 44% en 2002 al 28% en 2014, y de indigencia de 19.3% a 12% y han aumentado las clases medias en un 50%. No obstante, hasta 2014, cerca de 167 millones de personas vivían en situación de pobreza en América Latina y 71 millones en situación de indigencia. |
EQUIDAD DE GÉNERO | En los últimos 15 años, más de 70 millones de mujeres se incorporaron al mercado laboral, mejorando su participación en el mismo. Hasta 2014 el 47.3% de las mujeres en edad laboral tienen un trabajo remunerado, frente al 73,5% de los hombres y las mujeres estudiantes superan a los hombres en educación secundaria y superior. |
EDUCACIÓN | América Latina y el Caribe han logrado la equidad entre niños y niñas en la educación primaria. A nivel general, los latinoamericanos pasaron un promedio de 8 años en las aulas, frente a los 5 años que pasaban históricamente. |
A la vista de estos avances y sin perder de vista los desafíos que aún persisten en materia de equidad y cohesión social, es evidente que contar con una agenda conjunta de desarrollo social es una prioridad de la Comunidad Iberoamericana.
Gracias a ello es que el Espacio Iberoamericano de Cohesión Social articula los Programas, Iniciativas, Proyectos Adscritos y actividades vinculadas a esta área para asegurar que estén alineados con las prioridades estratégicas de los países miembros de la región y contribuir a su mejor coordinación y eficacia.
El reto es tan decisivo como abarcador. De allí que un modelo de cooperación horizontal, que además de la cohesión social, contemple el conocimiento, la investigación, la cultura y políticas para la juventud, dentro de un esquema de cooperación en el que no hay donantes ni receptores, sino que son los propios países quienes definen sus prioridades nacionales, puede ser un elemento determinante para avanzar en materia de igualdad en Iberoamérica.
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