Iberoamérica cuenta con más del 25% de los bosques tropicales, un tercio del agua dulce y la mitad de la biodiversidad del planeta. Sus emisiones de gases de efecto invernadero son comparativamente bajas. Sin embargo, la región es una de las más afectadas por el cambio climático.
Por ello, el pasado año, las jefas y jefes de Estado de los 22 países aprobaron en la Cumbre de Santo Domingo la Carta Medioambiental Iberoamericana, la cual ofrece una hoja de ruta para preservar el medioambiente para las generaciones futuras.
Los cancilleres de los 22 dieron continuidad a lo acordado en la dicha carta y, en noviembre, aprobaron un comunicado especial para hacer frente a uno de los mayores desafío que enfrenta la humanidad. Esta fue la primera vez que la Comunidad iberoamericana se pronunció con voz propia frente a la COP28, poniendo en relieve la importancia del compromiso de la región con el cumplimiento de los acuerdos internacionales.
Asimismo, en el marco de los trabajos previos a la XXIX Cumbre Iberoamericana que se celebrará este año en Ecuador, las máximas autoridades en Medio Ambiente de Iberoamérica, reunidas durante la XII Ministerial de Medioambiente, en Galápagos, aprobaron por consenso una declaración que reafirma a Iberoamérica como un espacio de cooperación comprometido con el medioambiente y el desarrollo sostenible.
La declaración solicita a la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) la elaboración de un borrador de Agenda Medioambiental Iberoamericana hasta el 2030, con el pedido de apoyo al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y considerando insumos de los 22 países. También se pide que los Ministerios Iberoamericanos consideren los objetivos y ejes temáticos de la Carta Medioambiental Iberoamericana en sus planes nacionales.
El texto hace además especial referencia al impulso para la conservación y uso del océano y sus recursos para el desarrollo sostenible, tomando en consideración la pérdida de biodiversidad, la contaminación y los impactos del cambio climático.
Además de los avances por parte de los 22 países iberoamericanos, la región cuenta con el impulso de las redes iberoamericanas, como CODIA, CIMHET y RIOCC, las cuales propician el intercambio de conocimiento y la búsqueda de soluciones comunes para enfrentar los desafíos del cambio climático.
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