Pregunta: ¿Cuándo comienza la cooperación iberoamericana a alcanzar una mayor importancia en el ámbito de las Cumbres Iberoamericanas?
Miguel Hakim: En realidad la Cooperación empieza desde la I Cumbre, en 1991, en donde se establece que la Conferencia se llevará a cabo de manera anual y que básicamente hay dos temas importantes: la concertación política y la cooperación.
Es al siguiente año, en 1992, cuando empiezan a surgir los Programas de Cooperación. Por ejemplo, ese año comenzó un caso de éxito: el Fondo Indígena, que nació como un programa de cooperación.
Los 15 programas actuales han surgido a través de las distintas Cumbres, pero seguramente durante la década de los 90 fue cuando salió la mayor parte de las convocatorias para los programas de cooperación.
Ahora bien, no todos los programas que han llegado se han quedado. El Fondo Indígena, que se inició como un programa de cooperación, se convirtió en un organismo internacional con sede en Bolivia y hoy por hoy ya no es un programa de cooperación, fue elevado a la categoría de organismo internacional, debido a que cumplió el objetivo de la Cumbre.
Actualmente, existen 15 programas de cooperación, divididos fundamentalmente en tres áreas: cultural, social, y económica.
P: ¿Por qué surge una cooperación estrictamente vinculada a la Conferencia Iberoamericana?
Hakim: Surge derivada de las necesidades e intereses comunes que tanto los gobiernos como los pueblos son conscientes de tener. A partir de ahí, los programas de cooperación, en el ámbito de las Cumbres, surgen a través de las reuniones ministeriales.
Normalmente, para desarrollar las Cumbres, se llevan a cabo cerca de 10-12 reuniones ministeriales-sectoriales, en todos los ámbitos, en el área de salud, en el área de educación, en el área del medio ambiente, y es ahí donde surgen las ideas de los Programas de Cooperación que se desarrollan y llegan a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno.
Esto es lo que denominamos cooperación intergubernamental, entre gobiernos, pero no representa toda la cooperación que existe en el ámbito iberoamericano.
Hay otros tipos de cooperación que también están enmarcados dentro de la Conferencia Iberoamericana, que en lugar de Programas de Cooperación, llamamos Proyectos Adscritos, que actualmente son tres: Virtual Educa, Unión Iberoamericana de Municipalistas e Iberemprende.
Aquí ya no son los gobiernos los que intervienen sino los actores privados, la sociedad civil y las empresas, quienes de alguna forman deciden traer esos programas de cooperación a las Cumbres Iberoamericanas.
P. ¿Existe algún mecanismo regulador de los programas de cooperación iberoamericanos?
Hakim. Sí. El mecanismo regulador es un ente legal donde quedan plasmadas las reglas para la cooperación. A este ente legal nosotros lo llamamos “Convenio de Bariloche”, porque tuvo lugar en la Cumbre que se llevó a cabo en esa localidad Argentina en 1995.
El Convenio de Bariloche regula toda esta cooperación y estipula que para llevar a cabo un programa de cooperación se requiere que 7 países aporten recursos, financieros o de otro tipo, para poder presentarlo a la Cumbre de Presidentes.
Por ello, un proyecto de cooperación iberoamericano se define como aquel en el que participan por lo menos 7 países, pero este Convenio de Bariloche también define otro mecanismo, las denominados “iniciativas de cooperación”, en el que al menos 3 países se unen y financian un programa del que son beneficiarios todos los demás.
De cualquier modo, la cooperación a la que me estoy refiriendo, es una cooperación multilateral, donde intervienen más de dos países. Esa es la cooperación que se da a través de las Cumbres y se distingue de la cooperación que hacen otros países de manera bilateral.
En este sentido, podría afirmar que si se saca un promedio de la cooperación del mundo el 70 por ciento se hace bilateralmente, y el 30 por ciento se hace de manera multilateral.
P:¿Se han hecho evaluaciones de los programas de Cooperación existentes? En caso de que se haga, ¿cada cuánto tiempo?
Hakim: La SEGIB retomó todo lo que hizo el organismo anterior, la Secretaría de Cooperación Iberoamericana (SECIB) y heredó las evaluaciones de prácticamente todos los programas existentes, realizada por agentes externos.
Ahora desde la SEGIB, pensamos hacer una evaluación de manera periódica, cada 2-3 años y de manera escalonada. La última evaluación se hizo hace aproximadamente un año y medio.
P: ¿Qué muestra la evaluación de los programas de cooperación existentes?
Hakim: Lo que muestra es que ha habido cosas positivas, pero también negativas dentro de los programas. Lo que hemos aprendido, y hemos plasmado en un nuevo manual operativo, es que los programas de cooperación al ser evaluados requieren de dos cosas fundamentales: 1. De indicadores objetivos, no sólo cualitativos, sino objetivos cuantificables; y 2. Financiamiento sostenible, para que no pase lo que sucedía en algunos de ellos en el pasado, donde había problemas de índole financiera debido al rezago de las aportaciones de algunos de los países.
P: ¿Con qué criterios surgieron los programas de cooperación aprobados?
Hakim: Los criterios por los cuales surgieron los programas de cooperación se centraron en torno a dos elementos: el marco legal del Convenio de Bariloche y las necesidades propias de los países.
Ahora bien, los criterios con los cuales se ha ido encauzando la cooperación, en los 16 años que llevan las Cumbres Iberoamericanas, se han enfocado en 2 áreas: el área cultural, porque uno de los objetivos es tratar de reforzar la identidad iberoamericana, y el área educativa, otro pilar de nuestra comunidad.
El aspecto educativo es algo en de lo que la Comunidad Iberoamericana puede beneficiarse, no sólo por el hecho de que España recibe a muchos estudiantes de América Latina, sino también porque gente de España está trasladándose a Latinoamérica.
En este sentido, también la ciencia y la tecnología han sido fundamentales. Hay un programa de cooperación que se llama ciencia y tecnología para el desarrollo (CYTED), que lo que financia es, básicamente, la movilidad de los investigadores en Iberoamérica.
P: ¿Quién puede proponer un programa de cooperación?
Hakim: Cualquier país de los 22 países que conforman la Comunidad Iberoamericana. Además, en el nuevo reglamento se estipula que también la Secretaría General Iberoamericana puede proponer un programa.
P: A partir de ahí, ¿qué pasos sigue un programa de cooperación para que sea aprobado en el seno de la Conferencia Iberoamericana?
Hakim: La propuesta tiene que ser evaluada por la SEGIB para ser presentada a los 22 países. La primera evaluación consiste en ver si cumple o no con los requisitos, con el Convenio de Bariloche y con el programa de trabajo de la SEGIB.
Si esto se da, se somete a consideración de los responsables de cooperación de cada uno de los países, quienes deben aprobarlo por consenso. Si existe dicho consenso, el programa se presenta a la reunión de cancilleres, para que a su vez los cancilleres lo transmitan a los Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre.
P: ¿Se tiene previsto ampliar el número de los programas de cooperación iberoamericanos?
Hakim. Estamos trabajando en dos sentidos. Uno de ellos, es para incrementarlos. Este año hay algunas propuestas de algunos países, también hay algunas propuestas de algo en lo que nosotros estamos trabajando que le llamamos IBERORQUESTAS, sobre todo para las orquestas juveniles de los distintos países.
Pero también, debido a que desde al año anterior, ya con la creación de la SEGIB, existe un manual operativo para los programas, que es en realidad la forma de hacer operacional el convenio de Bariloche, estamos viendo que si algunos de los programas existentes no cumplen con estas nuevas reglas, puede ser dado de baja.
No solamente estamos trabajando para hacer nuevos programas, sino también para asegurarnos de que los actuales cumplen con el nuevo manual operativo.
C: ¿Se podría decir que con el lanzamiento este año de la Carta Cultural Iberoamericana se impulsarán más mecanismos de cooperación en materia de cultura entre los países iberoamericanos?
Hakim: Sin lugar a dudas, la Carta Cultural da un marco general a esto que yo menciono. Anteriormente, mencioné IBERORQUESTAS, pero lo mismo estamos avanzando en IBERMUSEOS, IBERMÚSICA y seguramente el hecho de que exista ya este marco, hará que la probabilidad de que existan más y mejores programas culturales sea mayor.
P: ¿Cuál es la función de la Secretaría de la Cooperación y de la SEGIB en todo esto?
Hakim: Tiene varias funciones. Una es proponer nuevos programas y la otra ayudar a los países que propongan programas a que estos puedan despegar.
Por un lado, esto tiene que ver con una posición proactiva con miras al futuro. Por el otro lado, es ver que los programas actuales estén funcionando, hacer las evaluaciones correspondientes y en ambos (viejos y nuevos) que se lleve a cabo la divulgación adecuada de los mismos. En las evaluaciones mencionadas anteriormente pudimos ver que muchos de los programas funcionaban bien, pero no tenía una divulgación adecuada.
P: ¿De dónde parten los presupuestos de los programas de Cooperación iberoamericanos? ¿Cómo se aprueban?
Hakim: Si es una iniciativa iberoamericana, de 3 países, y si es un programa, de 7 países mínimo. Por ejemplo, en el caso de IBERMEDIA, donde intervienen 13 países, para poder llevar a cabo las convocatorias de solicitudes de coproducción, se requiere de una unidad técnica, que es un grupo de 4 o 5 personas que trabajan fuera de esta Secretaría y que lleva a cabo todo el proceso.
Otro ejemplo, en el Programa Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), participan los 22 países y los 22 aportan. Hay una unidad técnica grande, su sede es en España, donde hay un secretario general y manejan cerca de 8 millones de dólares al año.
P: Dentro de este ámbito, ¿existe algún criterio por el que los países estructuren sus aportaciones?
Hakim: Muchas veces la definición de los aportes es por voluntad, y otra es de manera objetiva, utilizando algún criterio para repartir, como puede ser el PIB o algún otro indicador. España tiene una parte importante por su PIB, al igual que Brasil, México y Portugal.
P: Aparte de estos programas iberoamericanos, ¿qué otros ámbitos de cooperación iberoamericana existen?
Hakim: Fuera de lo que está aquí hay muchísimas cosas. Hay numerosas asociaciones iberoamericanas y muchos programas de cooperación. Aquí los programas son entre gobiernos, pero también participa el sector privado, debido a que los requisitos son muy grandes. Hay muchísimos otros programas que se dan de manera bilateral o entre el sector privado, entre empresarios, o sindicatos…
Nosotros estamos trabajando en una cuantificación de qué es lo que está pasando en distintos ámbitos de la cooperación y así poder explorar la posibilidad de que algunas asociaciones y redes puedan quedar adscritas a la SEGIB.
P: ¿Que opinión le merecen la proliferación de Redes Iberoamericanas? ¿Piensa que las mismas pueden fortalecer la cooperación Iberoamericana?
Hakim: Yo creo que la verdadera comunidad iberoamericana se forma no solamente entre gobiernos, sino también entre los ciudadanos. Para mí son bienvenidas las redes.
Es evidente que si desde la SEGIB quisiéramos adscribir algún tipo de red, tendríamos que poner una serie de requisitos, para tener un sello de calidad, pero también para que dichas redes tuvieran una serie de beneficios que pudieran utilizar por ser parte de esta Secretaría.
Estamos trabajando en este sentido, aunque llevará algún tiempo, para ver cómo nos incorporamos a las redes ya existentes, muchas de las cuales funcionan y muy bien.
Y puedo asegurar de manera categórica que manejan más recursos de los que maneja la cooperación total de esta Secretaría, aunque esta no es la única decisión a la que se debe enfrentar un organismo internacional nuevo como el nuestro.
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