La Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se realiza en Montevideo en noviembre abordará el tema «Migración y Desarrollo» desde una perspectiva integral, conducente al reforzamiento de la cooperación bi y multilateral, principalmente en áreas estratégicas como la vinculación entre la migración y el desarrollo, las remesas, la gestión ordenada de los flujos migratorios, la promoción y protección de los derechos humanos, la prevención y el combate a la trata de personas y el trafico ilícito de migrantes, la migración indocumentada, la importancia del diálogo multilateral y la participación de la sociedad civil.
Las remesas es uno de los puntos fuertes de este intercambio, teniendo en cuenta que –según el BID- durante el año 2005 llegaron a América Latina y el Caribe por este concepto más de US$ 54.000 millones desde el resto del mundo, y anticipa que para el año 2006 se alcanzarán los US$ 60.000 millones. Estas cifras -que indudablemente subestiman los totales verdaderos debido a problemas de contabilización y seguimiento de los flujos de las remesas- superan el total combinado de inversión extranjera directa y ayuda exterior para la región, dijo Iglesias, quien explicó que preocupa a los Gobiernos iberoamericanos las comisiones que pagan los inmigrantes para enviar las remesas a sus familias.
Por otra parte, aludió a la normativa internacional existente en materia de DDHH, la cual se fortalece en la medida que los Gobiernos la adoptan y efectúan las adecuaciones correspondientes en los ordenamientos internos de los países.
Iglesias abogó por la conformación de consensos iberoamericanos sobre marcos conceptuales y criterios operativos, que contribuyan a mejorar la gestión y a sentar las bases de una gobernabilidad migratoria que incluya la puesta en vigor de políticas públicas sobre migración y desarrollo, basadas en las lecciones que brindan la buenas prácticas en este campo.
Ofrecemos la entrevista realizada al Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias.
PERIODISTA: En la próxima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno del mes de noviembre se pondrá sobre la mesa el tema «Migraciones y Desarrollo». ¿Cuáles son los lineamientos generales que se van a analizar y qué tipo de resultados se pueden alcanzar?
IGLESIAS: Es importante señalar que el tratamiento del tema migración y desarrollo, como aspecto central de la XVI Cumbre Iberoamericana, responde a la importancia que los Jefes de Estado y de Gobierno asignaron a la migración internacional, como uno de los grandes retos de Iberoamérica, en su Cumbre anterior celebrada en Salamanca, en octubre de 2005.
El tratamiento del tema en Montevideo, viene precedido también por la realización del Encuentro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo, organizado por la SEGIB en Madrid, en julio de este año, en cumplimiento del mandato surgido en Salamanca.
Lo anterior permite anticipar que en la próxima Cumbre los Jefes de Estado y de Gobierno examinarán el tema desde una perspectiva integral, conducente al reforzamiento de la cooperación bi y multilateral, principalmente en áreas estratégicas tales como la vinculación entre la migración y el desarrollo, las remesas, la gestión ordenada de los flujos migratorios, la promoción y protección de los derechos humanos, la prevención y el combate a la trata de personas y el trafico ilícito de migrantes, la migración indocumentada, la importancia del diálogo multilateral, y la participación de la sociedad civil.
En definitiva, avanzar hacia la gobernabilidad migratoria en el espacio iberoamericano constituye el gran desafío y existe confianza en que la Cumbre de Montevideo marcará un hito en esa dirección.
PERIODISTA: Las remesas son una importante fuente de ingresos para los países. ¿Hay cifras de eso? ¿Y qué control existe de ese flujo? Porque en algunos casos se hace por la vía informal. ¿Cómo se puede lograr un vínculo más estrecho entre el migrante y el país de origen para que esto no suceda?
IGLESIAS: Desde hace décadas, trabajadores migrantes envían dinero a sus países de origen para ayudar a sus familias. Sin embargo, el impacto de este flujo internacional de dinero recién está comenzando a comprenderse. El BID estimó que durante el año 2005 llegaron a América Latina y el Caribe por este concepto más de US$ 54.000 millones desde el resto del mundo, y anticipa que para el año 2006 se alcanzarán los US$ 60.000 millones. Estas cifras, que indudablemente subestiman los totales verdaderos debido a problemas de contabilización y seguimiento de los flujos de las remesas, superan el total combinado de inversión extranjera directa y ayuda exterior para la región.
Las comisiones que pagan los inmigrantes para enviar las remesas a sus familias, constituyen una preocupación que continúa vigente. Si bien hace cinco años el costo de envío de remesas a la región era en promedio cercano al 15% del valor de cada operación, hoy, con más competencia, avances tecnológicos y mayor utilización del sistema financiero formal, ese costo se ha reducido a menos de la mitad.
La utilización de la remesas en el ámbito doméstico, su medición, los costos de las transferencias y la transparencia del mercado, así como el potencial productivo y el bienestar, y el reforzamiento de la vinculación entre los emigrados y sus comunidades de origen, formaron parte de los temas tratados en el Encuentro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo de la SEGIB.
Las conclusiones alcanzadas en estos y los demás temas tratados en el Encuentro, serán difundidas en Montevideo mediante una publicación sobre el Encuentro.
PERIODISTA: Otro tema importante en el área de la migración es la necesidad de una revisión de la normativa internacional y las modalidades de cooperación entre los Gobiernos para contemplar y mejorar las condiciones de la migración. ¿Qué se va a hacer desde los Gobiernos de Iberoamérica y desde la Secretaría que usted lidera?
IGLESIAS: La normativa internacional existente en materia de derechos humanos en general, y de los migrantes en particular, constituye un marco de principios para la gobernabilidad de las migraciones internacionales y para potenciar su contribución positiva al desarrollo de los países. Obviamente, ésta se fortalece en la medida en que los Gobiernos la adoptan y efectúan las adecuaciones correspondientes en los ordenamientos internos de los países.
En cuanto a las modalidades de cooperación, es necesario destacar que la gestión y la gobernabilidad migratorias deben asentarse sobre enfoques consensuados por los Estados, y que Iberoamérica cuenta con mucho mejores condiciones que otras partes del mundo para materializar este precepto fundamental, dado que está integrada por Naciones hermanas e iguales entre sí, que comparten cultura, historia y lenguas, así como s
ignificativos intercambios de población.
Asimismo, en la Comunidad Iberoamericana de Naciones se dispone de valiosas experiencias en el tratamiento multilateral de la migración, logradas principalmente a través de la Conferencia Regional sobre Migración (CRM o Proceso Puebla), establecida en 1996 y conformada actualmente por todos los países de Centroamérica, América del Norte y la República Dominicana, y la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones (CSM), creada en 2000 e integrada por 12 países sudamericanos.
Estos dos Foros regionales, que constituyen ejemplos de buenas prácticas y de avance hacia una gobernabilidad migratoria multilateral, han definido objetivos comunes, consensuado plataformas de principios y puesto en práctica una vasta gama de actuaciones compartidas.
Los aspectos señalados debieran tender a facilitar la conformación de consensos iberoamericanos sobre marcos conceptuales y criterios operativos, que contribuyan a mejorar la gestión y a sentar las bases de una gobernabilidad migratoria que incluya la puesta en vigor de políticas públicas sobre migración y desarrollo, basadas en las lecciones que brindan la buenas prácticas en este campo.
En todo este proceso, la SEGIB está llamada a continuar dando el más efectivo y eficiente cumplimiento a los mandatos de los Jefes de Estado y de Gobierno en materia de Migración y Desarrollo.
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