Iberartesanías fue aprobada en noviembre de 2012, en la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Cádiz, España. El también conocido como Programa Iberoamericano para la promoción de la artesanía une esfuerzos para impulsar el desarrollo del sector artesano y proteger sus derechos.
Este programa de la Cooperación Iberoamericana tiene como objetivo contribuir a la elaboración de políticas públicas de promoción de las artesanías iberoamericanas y la mejora de competitividad de las empresas del sector. Los principales beneficiarios de este programa Cumbre son los artesanos iberoamericanos, las empresas y talleres artesanales, así como instituciones públicas y de gobierno competentes en materia de artesanía.
Desde su creación, Iberartesanías ha registrado dentro de su plataforma a 150.000 artesanos en actividad y ha realizado 30 proyectos de cooperación. Su misión es lograr posicionar la profesión artesana en Iberoamérica como una actividad competitiva que aporta al desarrollo cultural, social y económico de los países y las personas de la región.
Actualmente, son 10 países los que integran el programa Iberartesanías: Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Uruguay. Cada uno de estos países realiza un aporte de recursos anual para crear una plataforma de apoyo técnico y financiero multilateral para la elaboración de políticas públicas, a través de actividades de intercambio y aprendizaje, que favorezcan el desarrollo y competitividad de las personas dedicadas a la artesanía.
Durante la pandemia, el sector artesanal fue uno de los más afectados y quedó casi paralizado. Ante esta situación, Iberartesanías decidió abrir un fondo de vulnerabilidad para ayudar a las artesanas y artesanos de las zonas más afectadas en Iberoamérica. Esto hizo posible que se pudieran financiar desde seguros de desempleo hasta apoyo alimentario. Cada país miembro decidió una estrategia para utilizar ese fondo y apoyar a los artesanos en sus territorios.
En el caso de Colombia, el fondo de vulnerabilidad sirvió para dar ayuda en efectivo y con expensas. Por su parte, Uruguay diseñó y lanzó un sitio web para promocionar los productos artesanales. Mientras tanto, México utilizó el fondo para expensas y compra de productos artesanales. En otros países, la ayuda económica fue destinada a evitar que los artesanos cayeran en pobreza extrema y que dejaran de lado su actividad artesanal.
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