La creación del Observatorio Epidemiológico Iberoamericano fue aprobada en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, realizada de forma telemática en abril de 2021, bajo la presidencia de Andorra. Este acuerdo multilateral de alto nivel refleja la voluntad de los países iberoamericanos de fortalecer la capacidad de respuesta a crisis y emergencias sanitarias o epidemiológicas.
El Observatorio Epidemiológico Iberoamericano es un mecanismo de cooperación enfocado a la coordinación y fortalecimiento de las redes y capacidades sanitarias actuales de los países miembros. Parte de su labor será convocar a los actores relevantes en la materia como las redes de salud iberoamericanas, los organismos nacionales de ciencia y tecnología, la Red Iberoamericana de Supercomputación, el Programa CYTED y los Programas, Proyectos e Iniciativas de Cooperación Iberoamericanos, vinculados al tema sanitario.
Asimismo, este mecanismo de la Cooperación Iberoamericana busca impulsar y promover respuestas regionales ante las amenazas a la salud que exceden las fronteras nacionales, como es el caso de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Además, unirá esfuerzos para la generación y tratamiento de datos de la situación sanitaria y epidemiológica de los países iberoamericanos.
En la misma línea, este mecanismo busca fortalecer la coordinación entre gobiernos y lograr una planificación estratégica para mejorar la capacidad de respuesta de los países ante emergencias globales que afecten a la salud pública. Para ello, impulsará el intercambio de experiencias, conocimientos y modelos de atención en el ámbito sanitario.
El Observatorio Epidemiológico Iberoamericano estará integrado por la Red de Autoridades de Medicamentos de Iberoamérica (EAMI), la Red Iberoamericana Ministerial de Aprendizaje e Investigación en Salud (RIMAIS), el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), la Red Iberoamericana de Supercomputación, IS Global y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
Por último, este mecanismo de cooperación suma esfuerzos para enfrentar los retos de la Agenda 2030. Específicamente, colabora en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible de Salud y Bienestar (ODS3).
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