En el marco del II Congreso de Cultura Viva Comunitaria desarrollado en El Salvador a finales de octubre de 2015, se realizó la presentación del libro: “Cultura Viva Comunitaria Convivencia para el Bien Común”, como producto de las diferentes experiencias y trabajo colectivo de los 17 países de la región, algunos de ellos pertenecientes al programa Ibercultura Viva y Comunitaria.
Compilado y editado por el colombiano Jorge Melguizo, el libro reúne artículos de autores de 17 países de América Latina. Entre ellos, Eduardo Balán (Argentina), Célio Turino (Brasil), Iván Nogales (Bolivia), Patricia Requena (Chile), Fresia Camacho (Costa Rica), Marlen Argueta (El Salvador), Liz Osorio (Paraguay), Paloma Carpio (Perú) y Paula Simonetti (Uruguay).
“Es un libro para reunir, con la intención de que una vez reunido se disemine”, afirma Melguizo. “Pocos programas pueden darse el lujo de tener en más de 17 países procesos similares que se comparten y que se alimentan recíprocamente. No es un libro memoria, o al menos no solo eso pretende: busca ser herramienta. Qué hacer y cómo hacerlo”.
Cultura Viva Comunitaria: Convivencia para el bien común intenta contar un proceso de años y que propone algo muy sencillo: decisión política para destinar presupuestos públicos a proyectos de Cultura Viva Comunitaria en la región.
“Incluir las Culturas Vivas Comunitarias en las decisiones políticas y presupuestarias nos llevará a incluir en la sociedad a los múltiples proyectos culturales que se hacen en nuestros barrios y zonas rurales sin el Estado, a pesar del Estado o incluso contra el Estado”, escribe Melguizo. “En esas expresiones culturales barriales y rurales, múltiples y diversas, está una buena parte de la cultura para la paz que necesitamos con urgencia potenciar para que la convivencia sea una palabra que nos defina como sociedad.”
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