La Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) ha organizado hoy en Madrid una reunión de alto nivel sobre los aportes de la seguridad social a la equidad de género en Iberoamérica.
En la reunión, a la que asistieron representantes de alto nivel de 10 países iberoamericanos y embajadores, se presentaron las conclusiones de dos estudios llevados a cabo por la OISS en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y con la Universidad Carlos III: el estudio “Prestaciones de la Seguridad Social y Género” y el estudio “La Equidad de Género en las Legislaciones de Seguridad Social iberoamericanas”.
Durante la inauguración intervinieron el Director de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera de la Agencia Española de Cooperación (AECID), Borja Rengifo Lloréns, la ministra de Empleo y Seguridad Social de España, Fátima Báñez García, y la secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), Gina Magnolia Riaño Barón, quien destacó que pese a los avances alcanzados en materia de igualdad respecto a educación o acceso a altos cargos, los 330 millones de mujeres de la región seguimos viviendo situaciones de discriminación.
Un ejemplo claro es el que demuestran los sistemas de seguridad social contributivos, donde «sólo un 37% de mujeres accede a la pensión contributiva frente a un 47% de hombres en la región».
Por su parte, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, participó en la sesión de clausura del acto, donde recordó que «el siglo XX fue testigo de múltiples cambios y transformaciones, pero quizás ninguno más trascendente que el nuevo rol de las mujeres y su incorporación al mercado laboral» aunque, indicó también, que dicho ingreso al mercado de trabajo se realizó «con las viejas reglas que no las contemplaban» y con «prejuicios que nunca enfrentaron los hombres».
Además, hizo énfasis en la participación laboral femenina en Iberoamérica, que «es todavía 25 puntos porcentuales más baja que la de los hombres, y la tasa de desempleo es casi un tercio más alta».
Finalmente, agregó que la desigualdad «se replica en el sistema de seguridad social» que además «castiga» a las mujeres «por cada periodo en que tuvieron que dejar de trabajar para cuidar a otros, o tuvieron que pasar al mercado informal en busca de una mayor flexibilidad» e invitó a que la seguridad social sea vista «como una herramienta, como un elemento que tenemos a nuestra disposición para continuar eliminando las barreras y sentar las bases de una sociedad verdaderamente justa y verdaderamente igualitaria».
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